FLA Paul Maurice

Cuando Paul Maurice tomó las riendas de los Florida Panthers, posiblemente ya había labrado un camino hacia el Salón de la Fama del Hockey, siendo uno de los técnicos más ganadores de la historia. Sin embargo, había una tarea pendiente: ganar una Stanley Cup.

Y en un período de poco más de un año, ya suma dos.

Incluso en un lapso tan ganador como el que ha tenido con Florida en las tres campañas que ha estado al mando, alcanzando la Final de la Stanley Cup en las tres ocasiones, el camino no ha sido fácil.

El implementar su cultura en un conjunto no fue una tarea sencilla, especialmente porque ya era un grupo que irradiaba talento —venía de ganar el Trofeo de los Presidentes en la campaña previa.

Florida Panthers win the Stanley Cup

Especialmente, en esa primera temporada con Maurice, cuando fueron el último equipo en clasificar a la postemporada, las dudas abundaban. Claro, no hay interrogante que tres finales consecutivas y dos campeonatos en fila no pueda aclarar. Lo cierto es que en los altibajos del club, la solidez mental del grupo, implementada en gran parte por el temple de Maurice, ha sido la que ha elevado al club a lo más alto.

La historia de Maurice es una de resiliencia personal y profesional. En la primera mitad del 2022, se encontró fuera del hockey, habiendo dejado su puesto como entrenador de los Winnipeg Jets por voluntad propia en diciembre del 2021. Se consideraba, efectivamente, retirado.

"No estaba feliz con cómo terminó", dijo Maurice en una entrevista, "pero podía vivir con ello. Podía decir: 'OK, ya no tenemos que hablar de hockey'... Creo que, a medida que envejeces y te alejas, la palabra sería fracaso. No había ganado. Esa es la verdad. ¿Cómo fue tu carrera? Eh, nunca gané. Así es como lo habría tomado. Fue genial, podemos hablar de grandes historias, grandes juegos, mucha diversión. Pero nunca ganamos".

Seis meses después de ese "retiro", la llamada del gerente general de los Florida Panthers, Bill Zito, lo trajo de vuelta. Maurice se convirtió en el entrenador de los Panthers; el cuarto equipo que ha dirigido.

Los tres años desde su salida de Winnipeg han sido una "experiencia que altera una vida" para Maurice, que ha cambiado su narrativa y la forma en que piensa en su carrera. "He aprendido más sobre la vida y el hockey en los últimos tres años de estos jugadores de lo que jamás podría imaginar", dijo el entrenador de 58 años. "Ha sido una experiencia que altera la vida trabajar con estos hombres".

Paul Maurice grabó su nombre en los libros de historia del hockey con su segundo campeonato, al convertirse en el segundo entrenador en la historia de la NHL en sumar 800 o más victorias en su carrera y haber obtenido títulos consecutivos de la Stanley Cup, uniéndose al legendario Scotty Bowman en esta exclusiva lista.
En general, Maurice se ubica tercero en victorias de temporada regular (916) y tercero en victorias totales incluyendo playoffs (1,002).

Este logro monumental no es sólo una cuestión de números, sino el resultado de una cultura de equipo única, forjada por Maurice. Esta cultura se basa en el desinterés y la cohesión.

"La conciencia que tienen [los jugadores de los demás]... Todos esos muchachos que la tocaron primero [la Copa], era su primera. Eso es lo que la hace especial, ser consciente de eso. No son nada egoístas. No quieren acaparar el tiempo de las cámaras. No están tratando de ponerse ellos primeros; no hay un orden jerárquico", explicó Maurice.

Panthers son la nueva dinastía de la NHL

Esta filosofía de compartir y de anteponer el equipo a lo individual es un pilar fundamental. "Es increíble porque ponemos muchísimo trabajo duro, y trabajamos juntos, y vamos a celebrar juntos", afirmó el portero Sergei Bobrovsky sobre la alegría colectiva de ganar.

Para Maurice, la clave de su éxito reside en esta cohesión y en las vivencias compartidas del grupo, especialmente después de superar momentos difíciles. "Lo que te gusta son las experiencias compartidas", reflexionó Maurice. "Así que, cuando entras en un vestidor después de una derrota difícil de cara al siguiente partido, puedes señalar tres o cuatro veces que eso ha sucedido antes y decir: 'Así es como lo manejamos'".

Maurice ha sido capaz de inculcar esa mentalidad porque es percibido como un líder genuino que dice la verdad y se adapta.

"No creo que haya cambiado desde que ganó", dijo el delantero Sam Bennett. "Es el mismo. Puede ser duro con nosotros cuando lo necesita, y luego se relaja cuando sabe que lo necesitamos... tenemos el mayor respeto por él".

El propio Maurice lo explica así: “Si entras en el vestidor y simplemente dices la verdad, la tengas o no, es la verdad, y con el tiempo podrás mirar hacia atrás y decir: ‘Lo que esa persona me dijo era la verdad’, le tendrás respeto. Así que trabajo duro para tratar de encontrar la verdad todos los días y luego simplemente decirla lo más simple posible”.

Esta cultura de equipo, de "vivir el día a día", de aprender del pasado y de la superación de las adversidades, ha sido la que ha elevado a los Florida Panthers a la cima del hockey profesional. El triunfo no es sólo un título, sino la confirmación de una filosofía y un proceso que han llevado a Florida a la cima del hockey mundial.

El camino ha sido de "vida alterada" para Maurice, quien pasó de considerar que su carrera podría haber terminado en un sentimiento de "fracaso" por no haber ganado una copa, a alcanzar la gloria por partida doble. "Cuando salgo del casino, he quedado en tablas. Es un empate realmente tranquilo", dijo Maurice sobre su sensación final. "Así es exactamente cómo se siente".

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