Una y otra vez, el concepto de la experiencia como factor potencialmente decisivo en un choque de altas implicaciones, surge en las conversaciones deportivas.
La historia suele darle la razón a esa teoría. Y no es en vano, pues el simple hecho de que un equipo —o un individuo, de ser el caso— haya pasado por escenarios similares en el pasado, de los que posiblemente sacó algún tipo de aprendizaje, sirve de guía para cuando la plataforma se asemeja nuevamente.
Y aquí están, los Florida Panthers y los Edmonton Oilers chocando por segundo año consecutivo en el escenario más alto del hockey, la Final de la Stanley Cup. Si bien Florida fue quien alzó el trofeo en el 2024, ambos conjuntos repiten con una buena dosis de experiencia propia este año.
Claro, en el caso de los vigentes campeones la intención actualmente es evitar los errores del pasado. Esos mismos que los llevaron a disputar un decisivo Juego 7 pese a tener ventaja de 3-0 en los primeros tres compromisos de la serie pasada.
Si bien el escenario no es el mismo, Florida podría encontrarse, al menos mentalmente, en un espacio similar luego de ganar con contundencia en casa el lunes, para tomar ventaja de 2-1 en la serie.